Piensen en esto por un momento. El encargado de desactivar una bomba, un mecanismo que puede ser tan complejo como un niño, no se para frente al artefacto a decirle que no explote, que por favor no lo haga. Debe analizar bien el mecanismo, identificar el tipo de explosivo, los cables y tomar una decisión, todo lo anterior en el menor tiempo posible. De la decisión que tome dependerá que el explosivo sea desactivado o, por el contrario, que le termine explotando en la cara segundos después. El impacto se puede reducir en gran medida con tiempo, pero c omo toda bomba que explota terminan siendo muchos los afectados. La ventaja con los chamos es que tenemos suficiente tiempo para pegar cables que por error hemos cortado y cortar aquellos que se suponían inofensivos. Los padres formamos brigadas antiexplosivos, es mucho más fácil decir no, pero las bombas no se desactivan con esa palabra. La paciencia y el seguimiento para identificar errores que cometemos en la educación de nuestros hi
