Mírame a largo plazo

Recuerdo que antes de irnos de Venezuela, mi vecino, un médico pediatra de una reconocida clínica de Caracas y con una trayectoria impecable, padre de tres hijos, como nosotros, nos advirtió lo siguiente: “antes de irse, escriban en un papel o donde quieran, todas las razones por las cuales están tomando esta decisión. Cuando les pegue la depresión, los recuerdos, me hacen el favor y sacan la lista y la vuelven a leer en voz alta”. 


Recientemente he leído, escuchado y visto videos de venezolanos en distintas partes del mundo, desde el Norte del Continente Americano, pasando por Centro América, hasta llegar a la Argentina del cono sur, dando igualmente el salto a Europa y Australia.


Básicamente los relatos llevan al mismo enfoque: “mira el trabajo que están pasando”, “en Venezuela era ingeniero y ahora limpia habitaciones de hotel”, “aquí es camarera y en Caracas una reconocida abogado”. 


No entiendo por qué esos escritos, cuentos y videos no preguntan la raíz del problema: 1.- ¿por qué te fuiste de

Venezuela? Y 2.- ¿qué has conseguido en el lugar en el que te encuentras?


Yo esperaría, sin lugar a equivocarme, este tipo de respuesta a mi primera pregunta:

.- Me fui por la falta de oportunidades

.- Estaba cansada de ir al mercado o a una farmacia a buscar algo y tener que ir de un lugar a otro con la esperanza de que apareciera

.- Debido a la terrible inflación, mi salario nunca alcanzaba para nada

.- La inseguridad, ya ni siquiera podía salir


A la otra pregunta:

.- Seguridad

.- La tranquilidad de que puedo conseguir de todo, aunque tener para comprarlo es otra cosa

.- Estabilidad emocional, ya no tengo que estar pegado del twitter todo el día, ni del valor del dólar


A grandes rasgos, se pretende evaluar la situación de los venezolanos en el mundo, bajo la mirada centrada en la situación en la que se encuentran en su nuevo comienzo, lo que a mi modo de ver es un terrible error. Evidentemente es lo más sencillo, y más para una sociedad como la venezolana acostumbrada a abrir los brazos a los extranjeros, pero no a emigrar.


Quienes hemos emigrado debemos ser evaluados en el largo plazo, y me refiero a mis padres que salieron con una mano adelante y otra atrás a principios de los 80’s de Cuba, o a los colombianos, españoles, alemanes, italianos o portugueses, sólo por citar algunos ejemplos, que llegaron a la Venezuela saudita, 


Mis padres quieren a Venezuela como si hubieran nacido allí, porque en ese lugar comenzaron a entender lo que significaba la libertad, el libre pensamiento, y a ellos, dándoles una mirada más de 30 años después, no se les ve nada mal. A pesar de haber vivido en sus comienzos alrededor de 20 personas en un pequeño apartamento en Mariperez, una zona de Caracas. 


Cuantos emigrantes europeos no pasaron por lo mismo, llegaron haciendo lo que fuera necesario para lograr salir adelante y ayudar a sus familias, para regresar triunfantes, para verse años después defendiendo a Venezuela como a su verdadera patria. 


No me jodan los que quieren mostrarnos bajo la mirada absurda lo jodido que podemos estar, vuelvan a darnos una mirada en 10, 20 y 30 años, defendiendo esos nuevos países que nos recibieron y de los que nuestros hijos han hecho su hogar! 


PD: Mi reconocimiento profundo a quienes se mantienen en Venezuela y siguen en la lucha por lograr el cambio necesario, ustedes son héroes. Al igual que aquellos que dejan todo y dan el salto a otras fronteras cansados de esperar. 





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