Diferentes e iguales

Esta semana entendí y pude ver, después de 30 años, como podemos intentar colocar al resto de las personas bajo nuestras mismas expectativas, no somos capaces de reconocer que podemos ser muy diferentes, esperamos de los demás lo mismo que de nosotros.

Comparto esto con ustedes y todo aquel que esté dispuesto a leer sin juzgar, reconocer el paradigma, descubrir lo que siempre ha estado delante de nosotros.

¿Qué importa hacer todos los días lo mismo?

Hay personas que disfrutan toda su vida haciendo su trabajo de recepcionista, jardinero, barrendero, obrero, motorizado, taxista, y coloque en esta larga lista cualquier trabajo que usted no consideraría como suficiente. El problema surge cuando intentamos colocarles a esas personas nuestras expectativas, cuando vemos en ellas un espejo que muestra nuestro reflejo.

Hay personas que no necesitan salir del bachillerato para entrar en la universidad, seguir con un posgrado y terminar un doctorado para sentirse finalmente felices. La felicidad es un proceso. Reconozco que hay personas que no siguen sus estudios por necesidades que lo impiden, pero no dejan necesariamente de ser exitosas y felices.

Hay personas que en el puesto en que se encuentran son felices, mucho más que los que intentan escalar posiciones, ganar más, superarse, buscar cambios. Y unos no son mejores que otros, son diferentes, pero nos parece extraño ver a personas sin ningún interés de superación, tan conformistas ante nuestros ojos, y además podemos pensar que no son felices, que si tuvieran y aspiraran más serían más felices. Repito que la felicidad es un proceso, no sólo un fin.

Que dificil resulta reconocer en otros cosas que no esperamos, y además decidir mirarlos con lástima, intentar que sean como nosotros, no parece normal que quieran seguir haciendo lo mismo, toda la vida.

Alexis, el señor que estaciona mi carro, estoy seguro que es felíz, mañana de todas maneras le pienso preguntar, quiero saber si quisiera hacer otra cosa, si cambiaría algo.

Gollito no pudo cambiar su gusto por la jardinería por un lugar para vender comida, duró sólo 15 días en el experimento.

Y el señor que barre la calle de un amigo, está ya despierto a las 5:30 am, y no se queja, lleva años haciéndolo, es reconocido por todos los vecinos.

Si ellos no fueran los que realizan con arte esas labores, ¿Quién lo haría?
Vamos a ser todos presidentes de empresas.

A la entrada de los empleados de la famosa cadena de hoteles Ritz-Carlton, hay un cartel que dice lo siguiente: “somos damas y caballeros que atienden a damas y caballeros”

Reconozcamos nuestras diferencias, sabiendo lo iguales que somos.

Dashiell López

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Abreu y Dudamel en TED

¿Kanye tendrá razón?

Imprimir factura del IVSS