Y entonces, ¿qué hacemos?


Esta pregunta debe estar en la mente de mucho venezolanos. El 2 de diciembre ¿qué hago?, participo para demostrar mi rechazo a la Reforma inconstitucional, o me abstengo conociendo la cantidad de irregularidades que han rodeado todas las elecciones desde el Referendo Revocatorio.

Estamos a 2 semanas de ese elección, y en ese tiempo puede pasar cualquier cosa, inclusive que no pase absolutamente nada.
Pero se debe estar muy claro en lo siguiente, si el Gobierno decide participar, como al parecer ocurrirá, será imposible que gane la opción del “No”, a pesar de que las últimas encuestas pretendan demostrar lo contrario.

¿No les resulta extraño que el Presidente esté viajando tanto? Si no estuviera seguro de su triunfo, sea como sea, estaría en campaña permanente y hasta los momentos no ha sido así.


El rechazo a la Reforma puede ser mayoría, pero esta divido en dos grupos, aquellos que quieren asistir y votar “No” y los que prefieren no asistir y abstenerse.
Es la primera ocasión en que partidos y personas muy cercanas al Gobierno han decidido rechazar la Reforma, éste es un punto que no se debe perder de vista en cualquier análisis de lo que le depara al país en los próximos días.

Abstenerse simplemente por hacerlo, no logrará nada.
Una movilización o actuación ciudadana que busque canalizar el rechazo y organizar un frente de protesta pacífica, puede alcanzar mucho, pero debe existir unión. La propuesta de la “marcha sin retorno” me parece una locura, las expectativas que puede generar y los resultados terribles que puede provocar son alarmantes. Seguimos viendo el árbol y no el bosque, el corto y no el largo plazo.

Una participación acompañada de la unión de ambos grupos que se oponen a la Reforma, los del NO y los abstencionistas, de testigos en todas las mesas y electores ejerciendo contraloría, grupos realizando seguimiento del proceso y denunciando irregularidades, pudiera alcanzar algo, pero es difícil saberlo, se requiere de tiempo del que no disponemos.


La participación debe ser una decisión personal, pero un amigo siempre puede ayudar a empujar o detener esa elección.


Si la pregunta no se la han hecho, les aseguro que les pasará por la mente muy pronto y los días ayudaran a dibujar la mejor elección, o al menos eso espero yo.

Por la experiencia con los eventos previos, no dudaría en dar a conocer los siguientes resultados:

Abstención 35%: 5.638.382 electores que no participaron.
Si: 6.271.282 votos.

No: 4.200.000 votos.


¿Cómo lo saco? Simple, supongo una abstención del 35% que es la señalada por algunas encuestas, y luego hago que la opción del Si gane por al menos el 20%, que es lo que ocurrió en el Referendo Revocatorio 2004 y la elección Presidencial 2006. Si el resultado pareciera ser muy cercano o inclusive a favor del "No", sería una derrota para el Presidente y tratará de evitarlo a toda costa, de ser este el caso no sería extraño escuchar al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) señalar la postergación del evento.


Dashiell López

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