Caminos de mar y no de tierra


He visto la típica foto de una persona parada frente a dos caminos, tres, cuatro y la decisión esperando, ¿cuál tomar?

Hoy decidí dejar de tomar caminos impuestos y encontré en el mar el mejor ejemplo. Cuando se navega no hay ruta fija que seguir, carretera ni autopista que nos muestre el camino, no tengo que seguir a los demás si no lo deseo.

Cuando se navega el mar abre los caminos, propone cualquiera, pierde por un momento el equilibrio al paso, pero luego esconde el rastro y parece que nunca se ha estado allí.

La calma, el movimiento, el sol, la luna y el mundo que esconde son testigos de sus caminos. Pero ¿cuáles caminos? Si no están marcados, señalados o escritos.

¿Se puede entrar con tanta facilidad por la tierra que se recorre?

¿Se abre con tanta gentileza la tierra? Prefiero caminos de mar.

Y queda ese cielo, mucho mejor por supuesto. Prefiero caminos de cielo que de mar, pero todo a su tiempo.

Por ahora tomo caminos de mar antes de volar, ¿te vienes conmigo? Es bueno tener compañía, cada uno por su camino, este mar es infinito y para el encuentro la tierra nunca dejará de ser destino.

Dashiell López

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