Limitaciones supuestas, parte II: pensamiento de elefante

Esto lo tomo prestado del libro de Ken Blanchard, Autoliderazgo y el ejecutivo al minuto.

Cuando un elefante bebé llega a un circo, una de sus patas es encadenada a una varilla que está enterrada profundamente. Al principio intentan moverse, pero la cadena es demasiado fuerte.
Al tiempo dejan de intertarlo, para qué seguir si será imposible.
Hoy el elefante debe pesar varias toneladas, y con un simple estornudo podría romper la cadena.
Los entrenadores le pueden colocar una cuerda alrededor de su pata, y el elefante se sentiría completamente amarrado.

Esta actitud de los elefantes es un ejemplo de lo que representa una limitación supuesta.

¿Cuántas limitaciones supuestas tienes tú?

Si respondiste que puedes abrir un agujero en una tarjeta de presentación y meter tu cabeza, ahora necesito que me demuestres y compartas cómo lo harías.

Dashiell López

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