Adios expectativas, hola Sebastián


Hace trece años, en una reunión preparatoria para un viaje de intercambio, nos preguntaron cuáles eran nuestras expectativas, las respuestas fueron variadas y quisiera citar algunas:
Tener un hermano de mi edad, que sea conocido en el colegio y me pueda presentar a mucha gente.
Que mi familia de intercambio no sea muy extricta.
Poder viajar mucho para conocer otros lugares.
A todo lo anterior, la persona que dirigía la charla, alguien que ya había pasado por la experiencia de ser estudiante de intercambio, nos pedía eliminar de nuestra mente cualquier expectativa. Explicó que era muy probable que las expectativas chocaran con la realidad, afectando la experiencia que estábamos a punto de comenzar.

La familia debía hacer exactamente lo mismo, cero expectativas, luego de tomar la decisión de aceptar como parte de su familia, por diez meses, a un completo extraño.

Me parecieron sabias sus palabras, sirvieron de mucho, y desde entonces, siempre que tengo la oportunidad invito a la gente a verbalizar sus expectativas, para luego darles un balde de agua fría que hace un llamado a dejarlas de lado.

Esta introducción la hago para Sebastián, nuestro hijo, para que quede escrito en algún lugar que en ningún momento me he imaginado cómo serás, eso sería usar el ego, porque lo realmente importante es que seremos tus papás, seas como seas.

Debo reconocer que cuando no sabíamos tu sexo, me incliné porque fueras niño. Pronto entendí que era mi ego el que hablaba.

Vienes porque así lo decidimos, respondiste a una invitación, sin ninguna restricción.

Porque aunque la gente insista en hacer la pregunta: "¿y no te lo has imaginado?"
La respuesta que seguiré dando es un seguro: "NO".

Y aunque el médico ha dicho que tienes nariz de caucásico (blanco), puedes tener el color que quieras, el color que has decidido representar, el que te de la gana, tu color. Te vamos a querer igual, porque eso es lo que hacen los verdaderos padres y nosotros tenemos ejemplo de sobra en nuestras familias para saber de lo que hablamos.

Porque tus ojos serán para poder mostrarte lo hermoso de este país, Venezuela, porque tu cara será para sentir el viento y tu cabello para bañarlo en sus playas.

Tus manos para descubrir, piernas para recorrer y patear las etiquetas que pretenden ponernos diariamente. Que si eres bonito, el silencio si te consideran feo, pareciera que a todo hay que evaluar de alguna forma, o comparar, sino deja de tener sentido para algunos. Mi consejo es que seas, yo en silencio dejaré que pasen de largo los comentarios que harán para colocarte de algún lado: blanco, moreno, negro, bueno, malo, gordo, flaco, derecha, izquierda, alto o bajo.

Se todo lo que quieras ser, te esperamos cuando quieras llegar, cómo quieras hacerlo, para nosotros serás el mejor.

Te queremos, tan grande como quieras ser, sin expectativas.

Dashiell López

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