Tiene que haber eneros


En los primeros días del año comencé a leer, en las actualizaciones de estado del facebook, los comentarios relacionados con la mala noticia, para algunos, del fin de la navidad, las vacaciones, la tranquila ciudad, en fin, la vuelta al trabajo diario y la rutina.

Es importante entender que nuestra mente debe estar bajo nuestro control, aunque suene redundante, porque no siempre es así, y que es una decisión personal como vemos los días y meses que nos esperan en el 2009. Para poder disfrutar, como muchos lo hacemos, de cualquier diciembre es necesario que existan los eneros, febreros y marzos, cada mes debe tener su particularidad.

El cuento de la persona que nunca en su vida ha visto la nieve y queda sorprendido la primera vez, pero a medida que pasan los días ya le toca el frío, le pesa la ropa, la limpieza de aceras, lo blanco del paisaje, la nostalgia del calor caribeño. Imagina un diciembre permanente y añade que no trabajas para poder disfrutarlo al máximo, pero ¿y el dinero? Sinceramente, al final de la navidad no te cansan las hallacas y el pan de jamón. El cambio siempre es bueno y necesario.

Depende de nosotros romper con los malos sentimientos que pueda despertar la vuelta al trabajo, aquellos que han expresado su dolor por la llegada de enero sería interesante que se detuvieran a analizar si están en el camino, si han encontrado lo que buscan. La rutina es una opción que se puede abandonar, pero para lograr lo anterior deben ser tomadas decisiones importantes y nuestra actitud ante el futuro, la respuesta la tienes sólo tú: ¿cómo quieres estar hoy?

Para colocar otro ejemplo por el que están pasando venezolanos, el fin de año trajo la noticia de la reducción del cupo Cadivi de $5.000 a $2.500, junto a otras medidas, y se puede hablar de esto mucho, lo que quiero resaltar en este momento es que, si eres de los que te sientes afectado porque con toda razón entiendes que pretenden convertirnos en esclavos, dependientes, que debemos mendigar lo que por ley nos debería pertenecer, y me refiero a la libertad de comprar y vender los dólares que nos de la gana, puede que no estemos tomando la actitud adecuada.

Me explico mejor, porque ni yo mismo me entiendo, quedarnos en el temita de que deberían ser más, que no es suficiente, que si esto y aquello, eso no termina en nada, es tiempo que pudieramos estar dedicando a pensar cómo vamos a hacer este año para lograr al menos lo mismo o más que el año pasado, poner a la mente a maquinar la forma en que seguiremos viajando y disfrutando, que eso no nos lo puede quitar nadie.

Si nuestros viajes van a depender de que a un gobierno le de la gana de entregar dólares o no, estamos por mal camino, porque terminaría significando que la decisión está en la otra parte y no en nosotros. Dejar en terceros nuestro futuro es un peligro que debemos evitar a toda costa. Hacer de cada día una celebración por la vida es la invitación que te hago, despetar a saber que todo saldrá bien y que lograremos lo que nos hemos propuesto, pero es necesario creer para ver y no al contrario.

Dashiell López

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