Ha estado, está y por lo visto, seguirá pasando
En el Táchira, y demás estados fronterizos, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las Fuerzas Bolivarianas de Liberación (FBL) y los grupos paralimitares se encargan de hacer sentir su presencia amenazando y cobrando la respectiva vacuna. Tanto las FARC como el ELN han sido productos de importación, que usan cómodamente nuestro país como refugio.
Hace pocas semanas las FBL, nuestros guerrilleros, en un comunicado decían que iban a dejar las armas porque la "revolución" del gobierno venezolano ya ha logrado los cambios o está en camino y que para lo que buscaban ya no era necesaria la lucha armada.
Miren ahora esta noticia, de hoy 17 de julio de 2009: "Las denominadas fuerzas bolivarianas de liberación aseguraron que no están en proceso de desactivación o disolución y afirmaron que respaldan el ejercicio de la violencia revolucionaria como herramienta en función de la transformación social…"
He podido ver los papeles que demuestran los cobros de vacunas, en algunos casos, hasta la notificación de que un grupo logró sacar a otro y ahora el pago cambia de dueño, al mejor estilo de una guerra de pandillas de barrio, sólo que mucho peor.
Me pregunto, y esta idea se la escuché a un tachirense, si el SENIAT puede permitir en la declaración de impuestos un renglón para las "estafas", así se puede descontar del pago lo que ya se ha entregada durante el año a estos componentes guerrilleros.
Estos grupos armados están acompañados, además de las vacunas, de drogas y secuestros, enfermando a nuestro país de un conflicto que era noticia de los diarios colombianos.
Antes, los militares venezolanos si enfrentaban a estas fuerzas extranjeras, se aseguraban de que tuvieran pocos incentivos para ocupar nuestras tierras. Ahora hasta tenemos nuestras fuerzas locales.
Todo es distinto, no sólo se les permite estar, la computadora de Reyes demostró el apoyo que se les da y las ordenes que tiene el ejército venezolano de no atacar.
Es sencillo saber que nada se está haciendo, cuando no hay noticias asociadas a los esfuerzos de las fuerzas armadas venezolanas ante la presencia de los guerrilleros o paramilitares.
Una información más de hoy, en la Gran Caracas van 540 secuestros este año, este dato no incluye los casos que dejan de ser denunciados.
Esto está pasando, y por lo visto seguirá, el que no nos esté afectando directamente a los venezolanos porque no vivimos en Táchira o aun no formamos parte de las estadísticas, no quiere decir que dejemos de preocuparnos, ocuparnos, pero más importante todavía cuidarnos.
Cuando escribo sobre estos temas, muy al contrario de querer espantar a la gente, quiero que veamos la verdad, imposible siempre de ocultar. Lo hago con mucha confianza y esperanza de que las cosas pueden y van a cambiar, pero para eso el país necesita de todos, tenemos que involucrarnos.
Las instituciones como el Ministerio de Interior y Justicia, el Tribunal Supremo de Justicia y la Fiscalía General de la República no son independientes y están politizadas, por eso la presión que se ha ejercido y el costo político se deben aumentar y la actuación de los partidos políticos, ciudadanos y organizaciones civiles serán claves.
Dashiell López
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