Tres historias cortas

El miércoles pasado, 3 de marzo de 2010, el preso político Iván Simonovis cumplió 50 años, en su página del facebook publicó lo siguiente:

Hoy cumplo 50 años sin poder ver a mi familia o amigos porque no es día de visita, gracias a todos por sus palabras de aliento (Vía Iván)

Mientras me detuve para escribirle algo, me encontré durante cinco minutos sin poder colocar alguna palabra, ¿qué le podía decir?

Como Iván hay muchos otros, ¿estamos haciendo lo suficiente para apoyarlos? ¿Y a sus familias?

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Ese mismo día leí la carta de García Velutini, escrita un mes después de ser liberado, tras casi un año de secuestro. Frases como:

Al analizar que estaba secuestrado, lo primero que se me ocurrió fue dar gracias a Dios por haberme dado 54 años de vida feliz, con una familia excepcional y que, quizás, era el momento de tiempos difíciles y de sufrimiento. Que ese sufrimiento debía ofrecerlo a Dios en mi corazón y por muchas personas que, en ese instante, transitaban por situaciones más difíciles que las mías.

Pedí a nuestro Señor que me diera la fe y la fortaleza necesaria para afrontar esta nueva circunstancia de mi vida y para que también, a toda mi familia, en especial a mis hijos e hijas, les diera esa fe y fortaleza que iban a necesitar. Pedí a mis captores que me dieran una Biblia, a lo que accedieron, y a los pocos días me la entregaron...

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Ayer jueves, 4 de marzo de 2010, saludé a una persona que no veía desde el año 2005. Ella trabajaba en RCTV, Radio Caracas Televisión, y en el año 2007 todo su departamento tuvo que desaparecer luego del cierre ilegal, por parte del gobierno venezolano, del canal.

Mientras escribo esto me entero que CONATEL, de forma arbitraria y avanzando en el diseño comunicacional a la medida del gobierno, (i) declara desistida la solicitud de inscripción del canal RCTV Internacional como Servicio de Producción Nacional Audiovisual (SPNA) y (ii) declara que no puede calificar al nuevo canal RCTV Mundo como servicio de producción audiovisual internacional ya que no se acompaña suficiente documentación que pruebe que su programación no excede el 29,99 % de producción nacional.

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He visto mil veces como un niño que aprende a caminar, se levanta inmediatamente luego de una caída. Incluso a los padres del pequeño decirle que deje de gatear, pues ya sabe caminar.

Si luego de aprender a caminar estuvieramos tan seguros de que podemos volar, lo haríamos. Si quienes nos rodean nos dieran el apoyo que tanto necesitamos, en ese justo momento. Qué difícil lo anterior cuando hay alguien colocando trampas en el camino, haciendo zancadillas, tirando piedras a tu vuelo.

Lo importante es seguir, la vida es un paso a la vez, la producción de resultados viene después de una buena siembra de esperanza. Creer para ver.

Los cambios que esperamos se pueden dar, en la medida en que actuemos para volverlos realidad, sin vender nuestros valores y convicciones, con mucha tolerancia.

Dashiell López
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