Acaso no tenemos algo bueno que decir

Me he encontrado en estos días, de vacaciones en España, con el hueco en el que solemos caer los venezolanos cuando hablamos de nuestro país. Lo que mayormente hacemos es hablar mal de Venezuela, de su presidente fallecido, de los problemas, la inseguridad, el ilegítimo, etc.

Y estos comentarios no son sólo de los que salimos de viaje, también de los que han decidido hacer de otros países sus nuevos hogares.

En momentos donde además España atraviesa por una grave crisis económica, de la que algunos pretenden pensar que no es superable.

En ambos casos, yo creo conveniente que nos hagamos las siguientes preguntas: ¿qué de bueno tiene o ha tenido tu país? ¿Vale la pena luchar por tu país? ¿Crees que tu país tiene un futuro mejor?

Para las tres preguntas mis respuestas son positivas.

Creo que Venezuela es un gran país, no sólo recibió a mi suegro proveniente de España para darle la oportunidad de crecer y formar familia, también le dió años después a mi padre, un preso político del gobierno cubano, la oportunidad de conocer la libertad y desarrollarse profesionalmente. En ningún caso las condiciones eran perfectas, pero ellos decidieron reconocer que había motivos y oportunidades para luchar y salir adelante.

Ambos compararon el lugar de donde venían y al que llegaban y sabían que era posible mejorar.

¿Acaso los que se quedaron en España, mientras mi suegro viajó a Venezuela, estuvieron condenados?

Evidentemente no, sufrieron escasez, pasaron hambre y limitaciones, momentos seguramente muy duros, pero todo sacrificio hecho a conciencia de un futuro mejor, rinde sus frutos.

Yo soy un Venezolano que nació en Cuba, y me siento muy orgulloso del país en el que vivo. No por su gobierno; sino por su gente, mis amigos, mi familia, sus paisajes, ubicación y clima. He logrado recorrer a mi país casi en su totalidad, y con cada viaje reitero mi compromiso de luchar por una mejor democracia.

Venezuela me dio educación, trabajo, esposa e hijos. Venezuela ha marcado la historia de mi vida.

Claro que mi país tiene un mejor futuro, claro que España saldrá de esta crisis, en ambos casos lo importante es que la mayoría de los habitantes de ambas naciones piensen como yo, y pongan en práctica esa actitud positiva.

La diferencia, a mi modo de ver, entre españoles y venezolanos, es que los primeros han tenido un período, tan largo, de buenas condiciones económicas que Acaso no tenemos algo bueno que decir esta situación les puede parecer el fin del mundo. Los venezolanos estamos entrenados para sobrevivir en un ambiente donde las reglas de juego cambian constantemente y debemos adaptarnos y salir adelante, en eso les llevamos ventaja.

Pero lo que deben creer los ciudadanos de ambos países es que las cosas van a mejorar. Lo correcto "es creer para ver" y no lo contrario.

En momentos de crisis la fe es fundamental, me causó impresión ir a la iglesia el domingo pasado, 5 de mayo de 2013, y ver tan pocos jóvenes, por no decir ninguno. O los Españoles creen mucho en ellos mismos, o no creen en nadie o mi observación es una casualidad y no debe alarmarme.

La conclusión es clara, ser agradecidos por lo que tenemos hoy, lo que hemos tenido, el vaso siempre medio lleno. Podemos tras cada crisis decidir huir a un mejor destino, esa es una alternativa, la otra es luchar para que tu tierra sea el destino de otros.




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