Una entrevista ¿fallida?
Después de intentar, durante 4 años y medio sanciones económicas sin resultados claros, y seguramente algo de apoyo económico a la disidencia en el exilio, la administración de los Estados Unidos decide que, este personaje, representa tal amenaza internacional, que medidas más extremas deben ser tomadas.
La operación busca detener el terrorismo, no un asesinato. Recientemente se habia establecido que ni la CIA o ninguna otra organización gubernamental de los EEUU puede involucrarse directa o indirectamente en un plan de asesinato.
Bob Woodward, escritor del Washington Post y responsable de la información anterior, recibió una llamada del embajador de Libia en las Naciones Unides para el momento, Ali Treki, quien quería más información. Todo ya estaba en el artículo y de haber sabido algo más, tampoco lo habría compartido.
Con el tiempo desarrollaron una relación profesional, y Treki lo llama para decir que se devolvía a Libia, ahora como Ministro de Relaciones Exteriores, quería invitarlo para que entrevistara a Gaddafi.
El presidente en los EEUU era Reagan y entre otras informaciones se conocía que Gaddafi apoyaba a unas 30 organizaciones terroristas a nivel mundial, con operaciones en: Chile, Colombia, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, República Dominicana, Filipinas, Libano, Pakistan, Europa, Sur América, el Caribe y Africa.
Bob aceptó la invitación, fue a Libia, lo hospedaron en un hotel en la costa de Tripoli, y estuvo allí por días. Gaddafi, una persona bastante impredecible y erratica no se presentaba todavía.
Cuando un verdadero periodista busca una entrevista o noticia, está preparado para cualquier oportunidad que pueda presentarse. La impaciencia ganó la batalla y pidió salir del hotel, la seguridad no lo permitió.
Woodward logra evadir al equipo de seguridad y se va al Centro de Tripoli, y comienza a conversar con los estudiantes de la Universidad. Le comentan: “debió haber estado aquí el viernes en la noche, el gobierno trajo a dos estudiantes y los colgaron frente a todo el mundo.”
¿Por qué? “Fueron vistos y acusados por escribir en paredes consignas en contra de Gaddafi. Así es como funcionan las cosas aquí”.
Esta es una historia mucho más importante que la entrevista a Gaddafi. De regreso al hotel envió la historia al Washington Post y fue publicada.
El periodista cruzó una línea muy peligrosa, recibió una llamada del Ministro de Relaciones Exteriores que le pidió que se fuera inmediatamente. Se fue al aeropuerto, abordó el avión y mientras despegaba veía a la policia intentando detener al avión. ¿Suerte o simple amedrentamiento? No lo sabremos.
Gaddafi es asesinado el 20 de octubre de 2011, luego de 42 años en el poder.
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