Cuando te toque la desesperanza

Después de 50 días de manifestaciones en Venezuela, con la única garantía de que las cosas pueden cambiar de un momento a otro, con los altos y bajos de todas las demostraciones pacíficas ciudadanas, es entendible que los ánimos estén de a toque y la desesperanza se asome a veces.

A mi entonces me dio por hacer, no se por qué razón, el ejercicio doloroso de rozar lo que deben sentir las madres, padres, hermanos y familiares de todos los que han dejado sus vidas en las calles en estos días. De aquellos que salieron y eran esperados, pero ese día dieron la vida luchando por la libertad de todos. 

Los sentimientos encontrados, el pensar en la venganza, la rabia, el dolor, el miedo y muchos más que no lograrán al final traer de vuelta a quienes hemos perdido sin conocer. A quienes les quedaba más vida por vivir que vivida. 

Cuando me entra la desesperanza yo no logro evitarla pensando en que alguna plaza, calle o avenida lleve el nombre de estos héroes. 

Cuando me entra la desesperanza yo solo quiero pensar que la gasolina para mantenerse en la calle y con la protesta constitucional y pacífica es seguir y terminar lo que ellos y otros empezaron, un proceso legítimo de libertad, de democracia, de recuperar un país que algunos vivimos a ratos y otros han soñado. De la Venezuela necesaria y posible.